Son aquellos seres que están unidos por lazos muy fuertes como lo es el amor y que por designios de Dios están juntos como si fueran uno solo.
Pero es precisamente aquellas mujeres que no tuvieron la dicha de parir, que contienen dentro de sí, mucho amor para brindar, a aquel ser que carece de sus padres biológicos, una inocente criatura que no tiene culpa alguna de haber sido rechazado por sus progenitores y que necesitan de mucho amor, cuidado y atención para salir adelante.
No debe haber actitud
más generosa que la de una madre de corazón: capaz de hacer todo por esa
personita, por ese niño, por ese joven, y seguir haciéndolo por ese hombre
o mujer que tuvo la bendición de gozar de una mamá de corazón.
¿Hay, en el mundo, algo más generoso, acaso?
Brindemos un enorme saludo a esas madres e hijos del corazón, que se encontraron en este camino gracias a la voluntad divina de Dios.
HIJOS Y MADRES DEL CORAZÓN - Sonia Zavaleta Vargas
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